Marcas como Porsche nunca dejan de asombrarnos con su extenso legado histórico. Lo fascinante es que, sin importar la época, siempre tienen un vehículo —sea de producción o un proyecto especial— que cuenta su propia historia.
Un claro ejemplo es el Porsche LMP 2000. Si no conocías su existencia, no te preocupes, pues este prototipo ha estado guardado desde 1999, cuando la marca decidió cancelar su desarrollo por cuestiones presupuestarias (sí, el dinero).
Durante su breve tiempo en acción, el LMP 2000 apenas recorrió 28 kilómetros antes de ser relegado a la oscuridad y cubierto con una lona. Así permaneció, inmóvil, durante más de dos décadas hasta que el equipo de patrimonio y museo de Porsche decidió sacarlo a la luz. Pero, fiel a su estilo, la firma de Stuttgart revivió esta historia con ese toque nostálgico que la caracteriza.
Un reencuentro con los protagonistas originales
Porsche convocó al equipo original que trabajó en el proyecto, conocido internamente como 9R3. Entre ellos estaban Norbert Singer (ingeniero de Competencia en aquel entonces), Thomas Laudenbach (ingeniero de Desarrollo), y Herbert Ampferer (exdirector de Competencia), junto al legendario piloto Allan McNish, quien participó en la última fase de pruebas hace 25 años.
El propósito era poner a punto nuevamente el poderoso motor V10 de 5.5 litros, capaz de generar 600 hp. Este propulsor fue originalmente concebido para competir en la Fórmula 1 a principios de los años 90. Imagina semejante potencia en un chasis que, por reglamento, no debía superar los 900 kilos. La meta del LMP 2000 era clara: dominar las 24 Horas de Le Mans, pero la historia le negó esa oportunidad.
El regreso a Weissach
El reencuentro no habría estado completo sin que Allan McNish, hoy con 52 años, regresara al volante del LMP 2000 en la pista de pruebas de Weissach. La última vez que lo condujo fue el 3 de noviembre de 1999, cuando tenía 29 años. En aquel entonces, las condiciones no eran ideales: una temperatura de 8.6 °C y una humedad del 68% complicaron la prueba, sumado a neumáticos que no eran los más adecuados.
Aun así, el prototipo alcanzó los 300 km/h y superó el récord establecido un día antes por el fallecido piloto Bob Wollek.
“¡Es fantástico! Es como si hubiera viajado 25 años al pasado. Las sonrisas de todos aquí son tan increíbles como el sonido del motor rugiendo detrás de ti en la recta. Bob habría venido hoy a ver esto.”— Allan McNish
Un gigante que nunca compitió
El Porsche LMP 2000 es un recordatorio de lo que pudo ser, un vehículo adelantado a su tiempo que quedó atrapado en un rincón del pasado. Afortunadamente, esta reunión histórica nos permitió escuchar nuevamente su poderoso V10 y recordar un capítulo olvidado en la trayectoria de Porsche.